Iglesia de San Pedro Apóstol
De planta rectangular, de piedra sillar, desprovisto de ornato, hecho en el año 1580, según reza una cifra grabada en el mismo ábside.
Tiene tres naves, de tres tramos, cubiertas con bóveda de arista, cerca del presbiterio una cúpula sobre pechinas, pone cierta nota de dinamismo en la monotonía del conjunto.
Modesta portada da acceso al templo, y próxima a la torre de piedra tosca, sin terminar, en el último cuerpo van huecos gemelos para las campanas.
El Retablo mayor cubre la pared del fondo de la cabecera; su arquitectura responde a los estrictos cánones del clasicismo. Se compone de dos cuerpos iguales. Sobre las pilastras del banco, se hallan seis relieves de varios santos. En el paño medial, encima del sagrario, carga una hornacina, con la efigie de San Pedro Papa, según el tipo iconográfico generalizado en la escultura del s.XVII. Encima un grupo de la Virgen con Jesús muerto en el regazo, modelo que pocos años más tarde, vemos repetir a Francisco de Rincón y su discípulo Gregorio Fernández.
En las calles laterales lucen ocho tableros de pincel, que narran los principales episodios de la vida del Principe de los Apóstoles. Son notables pinturas del primer tercio del siglo XVI.
En los testeros de las naves laterales, hay dos retablos barrocos cubiertos de panes de oro; en el del Evangelio tiene un Calvario de talla estimable, de finales del s. XVII. Otro pequeño del mismo estilo, frente a la puerta con un lienzo, en el cual representa a San Francisco sacando las ánimas del Purgatorio.
De las piezas de plata destinadas al culto, merece especial mención, la cruz procesional, con su Crucifijo y San Pedro, titular de la parroquia, en el centro del reverso, dorados que se destacan sobre el fondo bruñido en la plata. Macolla cuadrada con cuatro relieves de los Apóstoles. No lleva punzón; es e mediados del s. XVII.