La nave del templo, que se subdivide en dos mediante columnas, se cubre con artesonado mudéjar con restos de policromía.
Torre: De ladrillo, de tres cuerpos a los pies del templo. El acceso a la iglesia se realiza por el lado de la Epístola.

Lado del Evangelio: Retablo del s. XVIII, repintado con esculturas de Santa Lucía, Santa Bárbara y San Roque, s. XVI, la última popular. En su ático escultura de Santo Tomás de Aquino, s.XVIII.

Retablo colateral s. XVI.

Presbiterio: Once pinturas sobre tabla, empotradas en el muro y dispuestas a manera de retablo (primer tercio del s. XVI, próximas al arte de Juan de Borgoña). Representan temas evangélicos. Restaurado en 1999. Escultura de Santiago Matamoros, s.XVI.

Lado de la Epístola: Retablo colateral, s. XVIII, con excelente escultura de la Inmaculada, probablemente riosecana. En el ático, escultura de San Andrés del mismo momento. Retablo salomónico, finales s. XVII, con esculturas de San Buenaventura, San Antonio de Padua, Santo Tomás y San Francisco, todas de comienzos del s. XVIII y fina policromía.

Sacristía: Pintura de Santo Domingo in Soriano s. XVII y próxima al taller de Diego Valentín Díaz.

Cruz parroquial, gótica de latón, “de nudos”, responde a un tipo muy difundido en la provincia.